LA IMPORTANCIA DE LAS CICATRICES EN LA CULTURA DEL GRUPO ETNICO YORÙBÁ



Una leyenda mitológica del grupo étnico Yoruba nos indica que en una ocasión el rey Şàngó envío dos esclavos a un país distante en una importante misión. Cuando a su debido tiempo los esclavos volvieron, Şàngó encontró que uno de ellos había alcanzado con éxito lo que él le había encomendado, mientras que el otro no había logrado nada. Al ver esto, Şàngó recompensó al primer esclavo con altos honores, y ordenó que al segundo se le dieran ciento veintidós navajazos o cortadas por todo su cuerpo.
Esto era claramente un muy severo castigo, sin embargo, cuando las cicatrices sanaron dieron al esclavo un aspecto muy notable y atractivo agradando inclusive a las esposas del rey.
Al notar esto el rey Şàngó decidió que los cortes se debían dar en el futuro, no como castigo, sino como sinónimo de aristocracia, y él por si mismo se puso inmediatamente en las manos de los que realizaban las marcas para que se las realizaran. Sin embargo, el rey Şàngó únicamente pudo llevar dos cortes, y a partir de ese día dos cortes en el brazo han sido muestra de grados jerárquicos de envergadura, y las otras cicatrices son marcas de diversos linajes.
Aboru aboye
Oloye Ifanla Italeke